Hambre Relatos 13:27:00 NotOnlyPhotos © picasaweb Abrió la ventana sigilosamente y desapareció con el amanecer. No echó la vista atrás, asà que no vio cómo el hombre que dormitaba en la cama se desperezaba con los primeros rayos de sol. DespertarÃa solo, con la espalda llena de arañazos y amnesia placentera. Cómo se dieron de bruces el uno contra el otro, y a su vez contra el mueble más cercano, o cómo el hambre se hizo dueño de ellos y les obligó a arrancarse los labios a mordiscos eran momentos que él nunca podrÃa revivir, pues se hallaban lejos de su memoria. Pero ella lo recordarÃa todo. Naranja, amarillo; los colores de una noche. ¡Sigue leyendo!Compartir