Ya me he enterado de que en el amor hay dos partes: el que
da sin recibir y el que piensa que
lo hace.
También me he enterado de lo acostumbrado a las constantes
decepciones a las que hay que estar expuesto, y a tener que continuar sin
perder ni un gramo de ilusión.
Pero lo que sé con tanta certeza como que estoy viva, es que
tenemos que ser especiales por y para nosotros mismos sin esperar que lo hagan
los demás.
Nada de «yo creÃa que era la única» o «pensé que él era
especial, diferente a los demás». Decepciónate una y no más. Tan solo mÃrate al
espejo: cree, quiere y vive por ti.